El Sitio a Montevideo.
La Ciudad Fortificada.
Montevideo a finales del siglo XVIII. Ciudadanos en procesión a la "Iglesia Matriz" Óleo de Leonie Matthis.
Hacia comienzos del siglo XIX, Montevideo era una ciudad totalmente amurallada, circunvalada por paños de muralla reforzada por baluartes artillados: del Muelle, de San Francisco, de San Carlos, de la Pólvora y del Sur. En octubre de 1741 se coloron las primeras piedras de la Ciudadela que se concluye hacia el año 1780.
Bruno Mauricio de Zabala, gobernador de Buenos Aires, presionado por la corona española funda Montevideo con familias procedentes de Buenos Aires y de las Islas Canarias. Montevideo es concebido desde los inicios como ciudad fuerte, y plaza militar por lo cual podemos decir que la fortificación precede al poblamiento. Sus defensas servirían para protegerse del avance portugués que buscaban llegar a las “fronteras naturales del Río de la Plata” y que ya en 1680 habían logrado fundar Colonia del Sacramento.
La ciudad tenía muros, de granito gris, de nueve metros de altura y seis de ancho, con cuatro bastiones y una fortificación (Ciudadela) rodeada por un foso de 17m de ancho y de 12,5 de profundidad. El sistema de defensa de la ciudad se completaba con la Fortaleza del Cerro y la isla de las Ratas, ubicada en la bahía, donde había instalada una batería.
En lo referente a la provisión de agua, la Ciudad disponía de dos aljibes y dos embalses fuera de ella, protegidos por el alcance de un tiro de fusil. La Ciudadela con cincuenta bocas de fuego y cuatro baluartes, constituia el eje del sistema defensivo.
La ciudad contaba con sólo dos accesos: el Portón de San Pedro -en las actuales calles de 25 de Mayo y Bartolomé Mitre- y el Portón Nuevo o de San José (o de San Juan, segun otras fuentes), al sur -en la actual Rambla gran Bretaña entre Ituzaingó y Treinta y Tres-. Los mencionados portones se abrían al amanecer y se cerraban a la caída del sol, luego de un disparo de cañón de aviso.
Entre junio de 1808 y diciembre de 1811, se construyó la fortaleza en la cima del Cerro, siendo esta, la última obra de fortificación realizada bajo el régimen monarquico.
Las obras de las defensas de Montevideo, se consideraron terminadas en los últimos días de la dominación española; tenían, además, túneles que comunicaban la Ciudadela con las fortificaciones cercanas que se utilizaban como estrategia de escape en caso de ataque y había más de 150 piezas entre cañones de hierro y morteros de bronce, ubicados en las baterías. La fortaleza de Montevideo fue muy celebrada por viajeros de los siglos XVIII y XIX, tanto por su valor arquitectónico y como por su valor militar.
Ciudad Vieja. Montevideo en 1810:
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- 1- Ciudadela (fortaleza militar de la ciudad)
- 2- Murallas de la ciudad (9m altura x 6m ancho)
- 3- Portón de San José (en 1814 evacuó el ejercito realista)
- 4- Portón de San Pedro (en 1814 entró el ejercito porteño)
- 5- Cerro de Montevideo (fortaleza del Cerro)
- 6- Bahía de Montevideo (fondeadero)
- 7- Puerto
- 8- Rio de la Plata
- 9- Ciudad amurallada
- 10- Cubo defensivo Sur
- 11- Foso
- 10- Cubo defensivo Sur
- 11- Foso
- 12- Isla de las Ratas (baterías)
- 13- Puerta de la Ciudadela (puente levadizo)
- 14- Iglesia Matriz (Catedral)
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Nota: La demolición de las murallas:
El 25 de agosto de 1829 la Asamblea General Constituyente y Legislativa del reciente Estado Oriental, aprobó la siguiente ley:
- "Artículo 1°. Toda fortificación de la parte de tierra de la Plaza de Montevideo se demolerá a la posible brevedad".
La efectiva demolición de las murallas comenzó un mes más tarde.
La Puerta de la Ciudadela:
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En 1877, la Ciudadela fue completamente demolida para luego ser la base de la actual Plaza Independencia, donde en la zona Oeste de la misma, se emplaza aún la "Puerta de la Ciudadela".
En la ciudad fortificada, la Ciudadela era el baluarte encargado de resistir el embate final de cualquier ataque del enemigo, su única entrada era desde el sector interior de la ciudad. Para ingresar a ella debía cruzarse un puente levadizo.
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Quitada de su emplazamiento y trasladada en 1879, volvió a su lugar original en 1959.
Al viajero que visita hoy Montevideo, le resulta difícil entender que esta pequeña ciudad haya sido alguna vez fortificada.
El único vestigio lo constituye la Puerta de la Ciudadela, símbolo indiscutido de la "Ciudad Vieja", cuya restauradación fue terminada en marzo de 2009, despues de cuatro años.
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Fuente: Al pie de la muralla
“Vista de Montevideo desde la Aguada” (hoy desde playa Ramírez), se puede apreciar la línea de muralla de la parte sur con la catedral al fondo.
Acuarela del pintor italiano Fernando Brambila (expedición científica de Malaspina de fines del siglo XVIII)
Apostadero de Montevideo en 1810, vista de la Ciudad desde el norte. Ilustración extraida de la Biblioteca Digital Hispánica.
Montevideo vista desde el Fondeadero Exterior en 1825. Extracto de la "Carta esférica del Rio de la Plata" de Andres de Oyarvide de 1825.
Montevideo vista desde el Fondeadero Exterior en 1875. Extracto de la "Carta esférica del Rio de la Plata" de Andres de Oyarvide de 1875.
Bahia de Montevideo. Detalle en "Carta esférica del Rio de la Plata" de Andres de Oyarvide de 1812.
Contexto: Al estallar la Revolución de Mayo en Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, las autoridades de la Estación Naval de Montevideo y de su cabildo se mantuvieron leales al Consejo de Regencia que gobernaba España en ausencia del rey Fernando VII.
Mientras en Buenos Aires se formaba el Ejército Argentino, fuerte en tropas de tierra, la superioridad naval estaba del lado de Montevideo.
Los primeros enfrentamientos entre Buenos Aires y Montevideo fueron navales, con los bloqueos y bombardeos a Buenos Aires no obtuvieron mayor resultado.
Con el paso del tiempo, y derrotados los realistas en Córdoba, el Alto Perú e independizado el Paraguay, Montevideo quedó como la principal amenaza cercana a la capital de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Buenos Aires.
A fines de 1810 había sido nombrado gobernador de Montevideo
Gaspar de Vigodet, que fue reemplazado a principios del año siguiente por
Francisco Javier de Elío.
A principios de 1811, Montevideo fue nombrada capital del Virreinato del Río de la Plata en reemplazo de Buenos Aires, declarada en rebeldía, y desde allí el nuevo virrey español, Francisco Javier de Elío, siguió intentando recuperar los territorios insurrectos de la cuenca del Plata.
El estallido de la Revolución Oriental con el
Grito de Asencio el 28 de febrero de 1811, inició el alzamiento de los milicianos gauchos e indígenas de la región –dirigidos por José Gervasio Artigas– contra el gobierno español de Montevideo.
Con el fin de destituir al nuevo virrey, y unir a los caudillos de los motines y levantamientos bajo un solo comando y una sola orientación, la Junta de Buenos Aires designó a Belgrano como General en jefe del ejército que debía encarar la nueva empresa. Este ejército, y su comandante estaba en plena lucha en Paraguay en esa misma fecha, 7 de marzo de 1811.
El 13 de abril, Belgrano ingresó en la Banda Oriental por el Paso Vera, proveniente del Paraguay con los restos de su ejército, se reunió con Rondeau, designado su segundo en el mando, que llegaba con refuerzos, resolviendo instalar su cuartel general en Mercedes, sobre el río Negro, en la Banda Oriental. Belgrano consiguió unificar a los caudillos orientales bajo su mando y coordinar acciones con Artigas, iniciando la primera de las dos
Expediciones Libertadoras a la Banda Oriental.
Las escaramuzas entre fuerzas realistas y partidas patriotas continuaron, mientras Artigas insurreccionaba los pueblos de la campaña. Elío, viendo estrecharse el cerco sobre Montevideo envió al capitán de fragata José Posadas con una división de 1.230 hombres. Posadas estableció su campamento en Las Piedras, mientras que Artigas el 12 de mayo hizo lo propio en Canelones llegando a reunir unos 400 hombres de infantería y 600 de caballería.
Artigas le salió al paso y lo derrotó en la
Batalla de Las Piedras (18 de mayo de 1811). Después de esta acción, los realistas solo pudieron controlar Montevideo y Colonia.
Montevideo fue puesta bajo sitio el 21 de mayo de 1811. Y Colonia el 26 de mayo, la cual evacuada por los realistas y ocupada por los revolucionarios, al comienzo de junio.
La Batalla de las Piedras. Boceto de Diógenes Hequet.
El momento en que el capitán realista José Posadas entregó su espada a Artigas seria un hecho simbólico para la revolución.
Obra iniciada por Juan Manuel Blanes, finalizada por su hijo Juan Luis.
Mientras tanto, en Buenos Aires, la
asonada del 5-6 de abril de 1811 tuvo entre otras consecuencias y cambios el envío de
Manuel de Sarratea en misión ante la corte de Río de Janeiro y Belgrano fue llamado a Buenos Aires a rendir cuentas de su fracaso militar en la Campaña al Paraguay, quedando a cargo del mando militar el teniente coronel
José Rondeau.
A) Gaspar de Vigodet B) Montevideo. Plano del sitio levantado en 1813 C) Carlos María de Alvear (bloqueo por tierra). D) Guillermo Brown (Bloqueo naval).
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3.a) Primer Sitio a Montevideo. Se desarrolló entre mayo y octubre de 1811.
La fuerza sitiadora al mando de Rondeau quedo compuesta por 4.360 hombres, incluidos 1.300 jinetes orientales.

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Asalto a la isla de las Ratas, efectuado exitosamente el 15 de julio de 1811 por un comando patriota, de 60 voluntarios, al mando del Capitán Juan José Quesada tuvo por objeto destruir la batería realista allí instalada y proveer de pólvora a las fuerzas sitiadoras.
Tras reducir a la guardia y rendir a la guarnición; cargaron, en los botes, cerca de una tonelada de pólvora y armamentos; y tras clavar los diez cañones, partieron de regreso. Los cañones de la época tenían una pequeña abertura ("oído") en la parte superior trasera donde se colocaba una pequeña carga de pólvora de grano fino. Acercando una mecha encendida se daba fuego a la carga principal y disparaba el cañón. Para inutilizados rápidamente se les metía un clavo en el oído (de ahí "clavar" los cañones), dado que era muy difícil después retirarlos.
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El virrey español Elío, sitiado en Montevideo, vio como única salida el auxilio de las tropas portuguesas del Brasil, y solicitó su concurso para derrotar a los revolucionarios. Portugal siempre había disputado a España el territorio de la Banda Oriental y esta ocasión no la dejó pasar; en consecuencia el 17 de julio cruzó la frontera un ejército de 3.000 soldados portugueses bien pertrechados, comandados por el gobernador y capitán general de la Capitanía de Río Grande de San Pedro,
Diego de Souza , iniciando la invasión portuguesa de 1811.
La poderosa fuerza brasilera se abrió paso rumbo a Montevideo, entablando numerosos combates contra las milicias orientales.
La situación se complicó para los patriotas, que no podían luchar contra las fuerzas combinadas de Elío y los portugueses.
Por otro lado, además de las fuerzas que operaban en la Banda Oriental, la Junta Grande solo contaba con otro ejército, el Ejército del Norte, que se encontraba en el Alto Perú. Este ejército fue derrotado por fuerzas realistas del Virreinato del Perú, el 20 de junio de 1811, en la
batalla de Huaqui e inició una caótica retirada. Siendo que se necesitaban tropas en el Norte, y que no había posibilidades de un triunfo militar en la Banda Oriental, el gobierno porteño se vio obligado a negociar con Elío.
En Buenos Aires la Junta Grande cedió su puesto a un Triunvirato. Este nuevo poder ejecutivo, el 20 de octubre de 1811, firmó un armisticio con el virrey Elío, el cual establecía que: se cesaban las hostilidades, se levantaban ambos bloqueos (naval Buenos Aires y terrestre Montevideo, se retiraban los ejércitos de Buenos Aires y de Portugal y se entregaban a Elío las villas entrerrianas de Concepción del Uruguay, Gualeguay y Gualeguaychú.
Con este armisticio el Triunvirato logró retirar de manera honrosa sus tropas, salvándoles de la derrota y llevándolas a la Mesopotamia. Pero ocasionó el disgusto de los orientales, que se vieron abandonados en plena lucha y la rebelión de los caudillos populares entrerrianos que impidieron la ocupación de sus villas por los realistas.
Cumpliendo lo pactado, las tropas porteñas evacuaron suelo oriental en diciembre de ese año y regresaron a Buenos Aires, mientras que otras fuerzas cruzaron el río Uruguay, acampando en la Mesopotamia. Las milicias artigistas también se retiraron, siendo seguidos por gran parte de la población, que no quería quedarse a vivir bajo dominación realista o portuguesa. Estas personas, marchando a pie o en carretas, cruzaron también el río Uruguay y se establecieron en San Antonio del Salto Chico (hoy Concordia (Entre Ríos)) y luego se retiraron a sus cercanías, instalándose en el Campamento del Ayuí. Este dramático hecho se conoce como "Éxodo oriental".
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3.a.I) El Éxodo (la "redota") del Pueblo Oriental.
La caravana recorrió 522 km en 64 días
Itinerario.
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Boceto de Diógenes Hequet.
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"El Éxodo del Pueblo Oriental" de Guillermo C. Rodríguez. Óleo sobre tela de 7m x 3m ubicado en la Dirección Nacional de Correos (Montevideo. Uruguay).
Las tropas de Rondeau levantaron el sitio el día 12 de octubre de 1811, seguidas por las milicias de Artigas.
El 23 de octubre de 1811, las tropas de Artigas estaban acampando a orillas del Río San José; se enteraron del armisticio firmado entre el virrey español y el Triunvirato de Buenos Aires.
El pueblo Oriental se sintió abandonado y reunido en Asamblea resolvió mantenerse en armas contra la invasión portuguesa y emigrar del territorio nuevamente controlado por Elío, con lo que se iniciaría el Éxodo oriental, donde un número aproximado de 16.000 personas entre milicianos y civiles marcharon con sus posesiones al norte, hacia el río Uruguay, conducidos por Artigas, cuyo liderazgo se fortaleció.
Llegados a Salto, dispuso Artigas el 14 de diciembre efectuar un relevamiento de las personas que integraban la columna, dando lugar al histórico documento conocido como
Padrón de las Familias Orientales, en el cual aparecen 6.000 hombres como integrantes del ejército, más 4.435 civiles y 846 carruajes. En ese registro aparecen los apellidos de muchas familias patricias; incluyendo el propio padre y dos hermanas de Artigas, la madre del Gral. Juan Antonio Lavalleja, y los padres de Fructuoso Rivera.
Tras deambular por ambas costas del río Uruguay, la población y las milicias orientales se instalaron en el
Campamento del Ayuí, al norte de la actual Concordia, en Entre Ríos (a siete leguas más arriba del paso del Salto) , mientras partidas sueltas luchaban contra los invasores portugueses.
La estadía en el campamento del Ayuí duró alrededor de doce meses. Fueron meses extremadamente duros.
Según la descripción de un viajero paraguayo que visitó el campamento,que ocupaba una extensión de varias leguas:
“toda esta costa del Uruguay está poblada de familias que salieron de Montevideo; unas bajo las carretas, otras bajo los árboles y todas a la inclemencia del tiempo, pero con tanta conformidad y gusto que causan admiración.”
EL éxodo reforzó lazos de solidaridad. Se lo considera uno de los eventos centrales en la formación del sentimiento nacionalista uruguayo, denominado “orientalidad".
Cruce del río Uruguay. Arturo Costa "Paisaje del Salto Chico.
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Con la intención de recomponer relaciones el Triunvirato nombró a Artigas, el 15 de noviembre de 1811, Teniente Gobernador Justicia Mayor y Capitán de Guerra del Departamento de Yapeyú , con mando sobre los 10 pueblos misioneros sujetos al control de Buenos Aires.
Estos eran las reducciones jesuíticas que se encontraban en la región que eran habitados por comunidades indígenas guaraníes.
Link al mapa
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Los 10 pueblos misioneros sujetos al control de Buenos Aires en 1812 eran: San Ignacio Miní, Nuestra Señora de Loreto, Santa Ana, Santa María la Mayor, San Javier, San Miguel, San Martín, San Carlos Borromeo, San Juan Bautista, Santo Tomé.
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El armisticio de octubre de 1811 fue mal visto por todos:
- Criticado por negociar,
Elío fue relevado por la Junta de Cádiz, debido a que el gobierno español pretendía aplastar a los independentistas sin aceptar ningún acuerdo.
Gaspar de Vigodet se puso al frente del gobierno realista de la Banda Oriental y reforzó sus posiciones.
- Artigas, desde sus campamentos en el territorio de la actual provincia de Entre Ríos, continuaba sus escaramuzas contra portugueses y realistas.
- Los portugueses, comandados por
Diego de Souza se negaron a evacuar el territorio oriental y permanecieron allí hasta julio de 1812.
- El gobierno revolucionario de Buenos Aires, había salvado su ejercito pero no se consideraba a salvo con Montevideo en manos realistas.
El nuevo gobernador realista de Montevideo,
Vigodet, exigió al Triunvirato acciones contra Artigas, pero este con el frente norte ya estabilizado, rechaza esa pretensión. Dando por roto el armisticio, Vigodet reanudó las hostilidades el 31 de enero de 1812.
El Triunvirato apoyó a Artigas nombrándolo jefe de las operaciones contra los portugueses, y enviarle el Regimiento de Pardos y Morenos al mando de Miguel Estanislao Soler y 20.000 pesos conducidos por Ventura Vázquez.
Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con Souza, el Triunvirato envió un ultimátum a la corte portuguesa, exigiendo su retirada bajo amenaza de declararle la guerra. La mediación de Gran Bretaña logró que el 26 de mayo de 1812 se firmara un tratado que permitió por fin la evacuación portuguesa de la Banda Oriental.
Los portugueses no evacuaron completamente sus fuerzas a los límites establecidos antes de la invasión, quedando en su poder la región de los actuales municipios de Uruguayana, Quaraí, Santana do Livramento y Alegrete, y parte de Rosário do Sul, Dom Pedrito y Bagé.
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3.b) Segundo Sitio a Montevideo. Entre el 20 de octubre de 1812 y el 23 de junio de 1814
En febrero de 1812 el ejército oriental sumaba cuatro a cinco mil hombres armados de fusiles, carabinas y lanzas.
En abril de 1812, el Triunvirato envió a uno de sus miembros,
Manuel de Sarratea, a ponerse al mando del ejército instalado en Entre Ríos.
Instalado a una legua del campamento de Artigas, Sarratea comenzó a tener conflictos con este, que no lo reconocía como a su superior. Las heridas abiertas a causa del armisticio de octubre del año anterior habían causado una seria diferencia de criterios entre los patriotas orientales y los de Buenos Aires.
De modo que Sarratea se dedicó a seducir a los oficiales del ejército de Artigas para que se incorporaran al suyo, logrando que se pasaran a sus fuerzas unos 2.000 hombres. Mientras el jefe oriental conservó unos 1.500 soldados y la mayor parte de la población.
En agosto de 1812 el Triunvirato ordenó a Sarratea avanzar a la Banda Oriental e iniciar el segundo sitio de Montevideo.

Plano del sitio de Montevideo por el ejército de las Provincias unidas del Río de la Plata. Levantado en 1813 por el ciudadano Bartolomé de Muñoz. Museo Histórico Nacional de Uruguay
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En septiembre, la vanguardia del ejército de Sarratea, comandada por José Rondeau, cruzó el río Uruguay e inició la marcha sobre Montevideo. Simultáneamente, las tropas de Artigas y la población que lo seguía iniciaron su regreso a la Banda Oriental, sin participar en las operaciones militares.
El 20 de octubre 1812 Rondeau sitiaba nuevamente a Montevideo.
Dibujo de un testigo.
"Historia Argentina" de Abad de Santillán
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Batalla del Cerrito:
El 31 de diciembre de 1812, sin saber que los sitiadores habían recibido refuerzos, los realistas atacaron con 1.600 hombres y 8 cañones, el campamento de Rondeau que contaba con 2.000 soldados y 2 cañones, pero fueron duramente derrotados. Los realistas tuvieron 100 muertos, 146 heridos y 30 prisioneros, los patriotas 90 muertos y 40 prisioneros, además de un cañón.
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La ciudad sitiada no volvería a intentar defenderse en tierra, no obstante, la llegada de 3.440 hombres enviados desde España el año durante el año 1813.
Rondeau, unos meses después, en mayo de 1813, es reemplazado en el mando de las tropas sitiadoras por el General Carlos María de Alvear, al ser designado Jefe del Ejército del Norte.
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Montevideo con 50 cañones y el control del río, era inexpugnable para un ejército sitiador de escasa artillería, por lo que las fuerzas al mando de Rondeau se limitaron fundamentalmente a asegurar el control de los accesos a la ciudad de manera que no pudieran proveerse de alimentos y agua (los pozos quedaban fuera de sus límites).
Mientras, la artillería revolucionaria bombardeaba la plaza, de día con sus cañones y de noche con los morteros construidos por el ingeniero
Ángel Monasterio.
Mortero Monasterio.
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Monasterio, en julio de 1812, fundió las primeras piezas de artillería del Ejército Argentino: Los morteros cónicos de 12 pulgadas fabricados en bronce, fueron bautizados (como era la costumbre) "Tupac Amarú"" y "Mangoré", el primero en honor al Gran Jefe del Imperio Inca y el segundo en homenaje a un legendario cacique guaranì, ambos en reivindicación de los pueblos originarios. La fundición se encontraba en el barrio de San Telmo de Buenos Aires en las calles Liniers y Núñez (hoy Defensa y Humbero 1º).
Los morteros fueron trasladados con grandes dificultades a Montevideo, "Tupac Amarú"" salió de servicio rápidamente pero el "Manduré" alcanzó los 300 disparos; cuando estalló cesó el bombardeo.
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Batalla de San Lorenzo. Croquis. Coleccion Museo Naval de la Nación.
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Faltos de territorio que los proveyera de víveres, los realistas de Montevideo lanzaban sucesivos ataques a la costa de los ríos Uruguay y Paraná, que saqueaban impunemente.
pintura de Ángel della Valle. Museo Histórico Nacional.
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El Combate de San Lorenzo. 3 de febrero de 1813.
La victoria de los Granaderos a Caballo del coronel José de San Martín en el combate de San Lorenzo, el 3 de febrero de 1813, inhibió a los realistas para nuevas incursiones.
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3.c) Artigas rompe con el gobierno porteño.
Buenos Aires accedió finalmente a reconocerle a Artigas la autoridad que tenía sobre las fuerzas de su mando, y ordenó a Sarratea regresar a Buenos Aires a principios de 1813, para recomponer la situación. De esa manera, el 26 de febrero de 1813 el comandante uruguayo se incorporó al asedio, poniéndose a las órdenes de
Rondeau.
El nuevo Triunvirato convocó a la Asamblea General Constituyente, conocida como "
Asamblea del Año XIII", que rechazó a los diputados designados por Artigas y los reemplazó por otros que había nombrado Rondeau, dos de ellos porteños.
NOTA: Una de las primeras medidas anunciadas por la Asamblea del Año XIII fue la de declarar a los diputados como del pueblo "de la Nación", y no, "de las provincias". Además, negó el derecho de los cabildos que los habían nombrado a reemplazarlos; era un paso importante hacia un régimen de estado unitario o centralizado, manteniendo el sistema hasta ese entonces vigente.
En consonancia con esta medida, el 5 de marzo de 1813 la Asamblea suspendió la incorporación de los diputados de la Banda Oriental, elegidos el 21 de abril de 1813 en el Congreso de Tres Cruces bajo el liderazgo de José Gervasio Artigas, expresando dudas sobre la falta de formalidad en la elección. Solo dos diputados habían sido elegidos por los cabildos, el resto lo eran por el congreso provincial reunido en Tres Cruces. La historiografía tradicional uruguaya considera que la razón fue que se negaba a incorporar a los diputados que llegaban con las instrucciones propuestas por Artigas, orientadas a declarar inmediatamente la independencia del reino de España y organizar a las provincias bajo una forma de estado confederal, organización que rompía con la centralización existente hasta ese entonces.
El conflicto entre las intenciones de independencia inmediata y de organización federal propugnada por Artigas, con el centralismo de la política del gobierno porteño, escaló y a fines de enero de 1814 las tropas leales a Artigas abandonaron el sitio y se retiraron a la costa del río Uruguay.
La Asamblea reaccionó concentrando el poder y nombró Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata a uno de los triunviros, "
Gervasio Antonio de Posadas".
Entre las primeras medidas del gobierno de Posadas estuvo la de declarar a Artigas "traidor a la Patria", poner precio a su cabeza, y enviar un ejército a enfrentar a las montoneras federales de Artigas. De este modo comenzó la guerra entre Artigas y el Directorio, la primera de las guerras civiles argentinas.
El ejército enviado a enfrentar a Artigas –que después de vencerlo debía engrosar el sitio– fue derrotado en el
combate de El Espinillo, el 22 de febrero. En rápida sucesión, los territorios de Entre Rios, Corrientes y Misiones, y los pueblos del interior de la Banda Oriental se pronunciaron a favor del federalismo propugnado por Artigas. De modo que las fuerzas sitiadoras no recibieron refuerzo alguno.
Posadas dedicó todos sus esfuerzos a ocupar Montevideo, para evitar que sirviera como puerto de llegada de la expedición realista re-conquistadora, que a tal efecto se estaba reuniendo, en la bahía de Cádiz, con 10.600 hombres dirigidos por el general Pablo Morillo (posteriormente, al caer Montevideo se dirigiría a Venezuela).
El gobierno revolucionario creó una pequeña flota, con la misión de disputar a los realistas el control de los ríos interiores y el estuario del Plata. El comando de todos los buques estaba en manos de marinos extranjeros, incluido su comandante, el irlandés Guillermo Brown.
Rondeau comandaba 4.000 hombres en el sitio y
Vigodet contaba con 5.000 para defender la ciudad.
Posadas encargó a su sobrino, el coronel
Carlos María de Alvear, nuevas unidades militares. Más de 1.500 hombres fueron enviados al sitio de Montevideo, bajo el mando de Alvear, que reemplazó a Rondeau al frente del sitio. Sugestivamente, Alvear tomó el mando el día 17 de mayo, cuando la victoria de la flota de Brown ya era completa.
De inmediato, Alvear negoció con Vigodet la entrega de Montevideo, llegándose a un acuerdo por el cual los realistas podrían retirarse a España con sus barcos y armas.
El 23 de junio las llaves de la ciudad fueron entregadas, tras lo cual las tropas realistas comenzaron a salir por el Portón de San Juan, mientras que las tropas patriotas ingresaban por el Portón de San Pedro encabezadas por Alvear con su escolta y estado mayor.
Pero Alvear, amparándose en la falta de ratificación del acuerdo por Posadas, haría prisioneros a todos los oficiales realistas, apoderándose de los buques mercantes surtos en el puerto, y confiscando mercaderías y el arsenal de la ciudad. Inmediatamente después, Alvear, creó un arbitrario impuesto anual de $300 por familia y otro mensual de $10 y a aquellos que no lo pudieran pagar los envió a prisión, además de fusilar a toda persona que no respetase el toque de queda o circulase fuera de las murallas sin autorización.
Vigodet sería puesto en libertad poco después, junto con todos los oficiales, pero las tropas de origen americano —y africano— y el armamento engrosaron el ejército independentista: fueron tomados 7.000 prisioneros, 500 cañones, 9000 fusiles y 99 embarcaciones.
La última posesión española en la zona, Carmen de Patagones, se rendiría a las Provincias Unidas el 23 de diciembre de 1814.
Tras la captura de Montevideo, que se debió casi exclusivamente a la escuadra de guerra, ésta fue desmantelada para cancelar deudas.
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3.d) Montevideo y la guerra civil.
A) José Gervasio Artigas, B) Gervasio Antonio de Posadas, C) Carlos María de Alvear, D) José Rondeau
Pese a su promesa de entregar la ciudad a los hombres de Artigas, Alvear atacó a sus lugartenientes y colocó en el gobierno de la ciudad rendida a "
Nicolás Rodríguez Peña".
Con el propósito de acabar con Artigas, Alvear envió una división del ejército porteño de ocupación que salió de Montevideo en busca de los orientales. Las escaramuzas continuaron durante varios meses, con muchos altibajos, obligando a mantener tropas en la Banda Oriental y en Entre Ríos.
En enero del año siguiente, tras la victoria de Artigas en la "
batalla de Guayabos", Alvear (ya como nuevo Director Supremo designado al renunciar Posadas), accedió a entregarle el control de la Provincia Oriental. Saqueando el 4 de marzo de 1815 la ciudad de Montevideo, antes de retirarse.
Entre el botín que se llevaron, además del metálico y mercancías (telas, sedas, sacos de te, café y azúcar), se encontraba el arsenal de la ciudad (176 cañones de bronce, miles de fusiles, cartuchos, bombas y centenares de barriles de pólvora) y hasta de una imprenta, la única que había en la ciudad; apilaron todo en carros y lo llevaron hasta el puerto para trasladarlos a las bodegas de las embarcaciones. Cuando la maniobra finalizó, las naves levaron anclas y se retiraron, dejando a sus espaldas una población desolada y desabastecida.
Pero eso no fue todo. Antes de abandonar la ciudad, los porteños volaron el polvorín que se hallaba ubicado en las bóvedas del sector portuario matando a un centenar de civiles inocentes, a los que se deben sumarse los ultimados en diferentes situaciones durante el saqueo, lo que crió un odio irreconciliable en los orientales para con los porteños.
Alvear debió renunciar a su cargo solo tres meses después de haberlo asumido y refugiarse en una fragata de guerra británica. Se dirigió a Brasil. Sus partidarios, incluido Posadas, fueron arrestados. Junto con su Directorio cayó también la Asamblea del Año XIII. Alvear fiel representante del centralismo porteño, tenía solo 25 años, y su breve gobierno fue calificado como una dictadura. Entre los que le objetaban se hallaba el entonces gobernador de Cuyo, José de San Martín.
Nota:Tras el triunfo en Montevideo Alvear es designado por Posadas a reemplazar a Rondeau en la conducción del Ejército del Norte. Pero los oficiales se sublevaron desconociendo a Alvear como su nuevo jefe, motivando la renuncia del Director Supremo Posadas el 9 de enero de 1815. La Asamblea (de 1813) designó al mismo Alvear "Director de Estado" por mayoría de sufragios.
Cuando Alvear intentó un acercamiento con el Ejército del Norte, Rondeau le negó obediencia. Y cuando le ofreció a Artigas el reconocimiento de la independencia de la Banda Oriental a cambio del retiro de sus tropas del Litoral, recibió una negativa por respuesta. Por su parte, al enterarse San Martín del nombramiento de Alvear, presentó su renuncia como gobernador Intendente de Cuyo. Alvear la aceptó pero el cabildo mendocino confirmó a San Martín en su cargo.
Combatido por la opinión pública, desobedecido en el norte y en Cuyo, con el Litoral y la Banda Oriental en manos de Artigas y con varias provincias bajo la directa influencia del caudillo oriental (Entre Rios, Corrientes, Santa Fe y Córdoba), el poder de Alvear se circunscribía a una estrecha franja de territorio bonaerense.
Cuando trascendió que Alvear había enviado al exterior a MAnuel García para solicitar el protectorado británico sobre las Provincias Unidas, la oposición aumentó y la situación estuvo a punto de explotar, cuando decretó la incorporación forzada de los ciudadanos a las filas del Ejército, impuso tributos extraordinarios y embargó bienes pertenecientes a la Iglesia.
Considerando que su situación se había puesto insostenible, Alvear, ya un nervioso y descontrolado gobernante, el 28 de marzo de 1815 publicó un decreto por el que condenaba a muerte “a todo el que de palabra o por escrito censurase al gobierno, divulgara rumores, promoviese la deserción de las tropas y no denunciase conspiraciones contra las autoridades constituidas”.
La revolución federal de 1815: Los opositores a Alvear acordaron con Artigas, quien dispuso avanzar sobre Santa Fe como paso previo a Buenos Aires. Alvear, enterado de dicho movimiento, movilizó 1.600 hombres a las órdenes del brigadier Ignacio Álvarez Thomas. Al llegar a la posta de Fontezuelas, cerca de la actual ciudad de Pergamino, Álvarez Thomas se sublevó contra Alvear (3 de abril), e inició relaciones con Artigas. Ante el giro de los hechos, Alvear presentó su renuncia al cargo, pero reteniendo el mando de las tropas. El 15 de abril el Cabildo aceptó su dimisión, disolvió la Asamblea (de 1813) y se atribuyó funciones de gobierno.
Alvear entregó el mando del ejército al general Juan José Viamonte y se alejó a Río de Janeiro, en una fragata inglesa. La presión de las fuerzas del interior provocaron la caída del gobierno central. El 20 de abril, el general Rondeau fue designado Director Supremo provisorio. Por estar al frente del ejército del Norte, fue suplantado por Ignacio Álvarez Thomas en calidad de suplente.
Un Estatuto Provisional estableció las normas para regular la acción de gobierno pero fue objetado por las provincias; sólo aceptaron las disposiciones referidas a la elección de diputados para la integración, una vez más, de un congreso general constituyente que se reuniría en Tucumán. Se acercaba el tiempo de la Independencia.
Entregada Montevideo a Artigas, su influencia como líder creció. En junio de 1815 Artigas reunió en Concepción del Uruguay a diputados de las provincias bajo su influencia (
Congreso de Oriente) y estos proclamaron el nacimiento de la Liga de los Pueblos Libres, o Liga Federal, que abarcaba la Provincia Oriental y las actuales provincias de Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe ; incluso efimeramente Santiago del Estero entró en la órbita de Artigas.
Existió desde el inicio un estado de guerra latente entre la Liga de los Pueblos Libres y el gobierno de Buenos Aires. Los
lusobrasileños aprovecharon este conflicto para volver a entrar en el territorio que abandonaron a regañadientes en 1812. En agosto se inició la
Invasión Luso-brasileña de 1816 a la Banda Oriental y las Misiones (tanto Misiones Occidentales como Misiones Orientales), en enero de 1817 los luso brasileños tomaron Montevideo.
Los orientales y demás fuerzas de la Liga Federal lucharon duramente pero en vano durante más de tres años, hasta que la derrota de
Tacuarembó (22 de enero de 1820) y, el armisticio del Acuerdo de Tres Árboles -entre
Fructuoso Rivera y
Bento Manuel Ribeiro (en el sitio donde se emplaza la actual Estancia Buen Retiro-Castillo Morató)-, significó el triunfo final de los luso brasileños, y el afianzamiento de su soberanía sobre la Banda Oriental, a la cual bautizaron
Provincia Cisplatina, aunque no se llegó a su anexión formal.
La Liga de los Pueblos Libres se orientó a la lucha contra el gobierno central y logró la caída del director supremo Rondeau en la
batalla de Cepeda (febrero de 1820). Esto significó el fin del gobierno unificado de las Provincias Unidas del Río de la Plata, pero no se cumplieron los sueños de Artigas de contar con los refuerzos de Buenos Aires para la reconquista de la Provincia Oriental: sus subordinados, en especial el entrerriano
Francisco Ramírez, decidieron quitarlo de la escena política y Artigas fue vencido en varios combates por sus ex aliados. En septiembre de 1820 se exilió en el Paraguay.
Con el desarrollo de la Revolución Oriental (1811 - 1820), a la larga significó, la caída del gobierno revolucionario instalado en mayo de 1810 y la pérdida, para éste, de la Banda Oriental . Recién en abril de 1825 la insurrección de los
Treinta y Tres Orientales, apoyada por Buenos Aires, comandados por
Juan Antonio Lavalleja y la complicidad de
Fructuoso Rivera -hasta entonces el comandante de Campaña del imperio del Brasil, y su cambio de bando conocido después del (
Abrazo del Arroyo Monzón)-, lograron la reincorporación provisoria de la provincia perdida a las Provincias Unidas del Río de la Plata, pero al fin de la guerra con Brasil, la Provincia Oriental alcanzó su independencia, con el nombre de Estado Oriental del Uruguay.
Fuente :
1)
A 200 años de la Victoria de Montevideo. Miguel Angel De Marco
www.bcr.com.ar
2)
Sitio de Montevideo (1812-1814) www.wikipedia.org